Introducción Armadura de gala del emperador Carlos I que se conserva en el Museo de Artillería de Viena. LA expansión en todas direcciones del Imperio Otomano había llevado al sultán Selim a ocupar Siria en 1516 y Egipto en 1517. Su sucesor, Solimán el Magnífico, iba a centrar sus esfuerzos expansionistas en Europa, aunque no por ello abandonaría el Mediterráneo, pues en 1522 los turcos expulsaron de Rodas a los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén. De todas formas, más que con una intervención directa de las tropas turcas, la dominación otomana en el Mediterráneo occidental se ejerció mediante la alianza de Solimán con Kheireddin Barbarroja, capitán de los piratas berberiscos que atacaban las costas españolas e italianas y que, desde su base de Argel, se iba a convertir en dueño y señor de las aguas de esta zona.